El Partido Popular Europeo (PPE) gira hacia la derecha para intentar retener el voto más conservador. El primer grupo político del Parlamento Europeo resiste su discurso y lanza su ofensiva electoral en los comicios de junio con el objetivo de frenar la fuga de votos hacia los partidos de extrema derecha y populistas que vaticinan las encuestas. El Partido Popular, reunido entre los jóvenes y los vieneses en Bucarest, resumió sus ideas para la próxima legislatura en un discurso de apoyo a Ucrania frente a Rusia, pero también se centró en la seguridad, en una Europa ciega, con una política muy dura en materia de inmigración y control de fronteras y en la defensa de las familias y de los “valores cristianos”.
Con la promesa de trabajar por una Europa con menos reglas, el Partido Popular también ha asumido lo que consideran el dogmatismo de los socialdemócratas y los verdes en la agenda medioambiental contra la crisis climática. Con un hombre manifestado a sus espaldas, el PPE marca, a continuación, el camino a Ursula von der Leyen, su candidata a presidir (por segunda vez) la Comisión Europea. “Nuestra identidad nacional está abierta, pero no a la venta”, afirman.
“Nos enfrentamos a muchos desafíos”, comentó el presidente del partido y del grupo popular Eurocámara, Manfred Weber (Alemannic, del CSU) en Bucarest, donde advirtió contra “el populismo y el extremismo”. El PPE, que cuenta ya con una decena de jefes de Estado o de Gobierno en la UE y aspira a hacer negocios con algunos de los más poderosos en el próximo ejecutivo de la UE que aludirá a las elecciones europeas de junio, fomenta sus argumentos sobre la inmigración y exige una triplicar la plantilla de Frontex, la agencia de fronteras de la UE —de 10.000 a 30.000 personas—. Además, pretende que se convierta en “una auténtica guardia europea de fronteras y costas”.
Los Veintisiete han hecho un nuevo pacto migratorio -devolverlo a la agenda y aprobarlo fue uno de los grandes pináculos de la Comisión Von der Leyen- tras años de bloqueo, pero aun así, el manifiesto popular ha pedido un “cambio fundamental” de la ley de migración y asilo. Con un discurso duro, se dice que “frenará la migración desplazada para que no se sature la capacidad de integración de Europa”. Además, los más populares han comenzado a ampliar espacios con países fuera de la UE para evitar viajes marítimos, como el actual Túnez, y trasladar a solicitantes de asilo a centros externos en países considerados “seguros”, siguiendo un modelo similar al polémico acuerdo de Italia con Albania. o el pacto aún más controvertido del Reino Unido con Ruanda para deportar a los solicitantes de asilo.
Aumento de la ultraderecha
Los partidos del PPE saben que el nuevo Parlamento será un caleidoscopio en el que las derechas pueden marcar la agenda y con equilibrios difíciles, y no quieren cerrar las puertas a sus amigos. Las últimas preguntas, como uno de los elegidos europeos encargados por euractivo— Espero que el PPE sea el grupo más numeroso, como ahora, pero también predicen un aumento de partidos euroescépticos y ultraderechas, como los pertenecientes a la familia Identidad y Democracia (ID), como es el caso de Fidesz. el partido del húngaro Viktor Orbán—o los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR)—que son los ultraconservadores polacos de Ley y Justicia (PiS)—. Las encuestas dan un aumento de votos a partidos ultra como Alternativa para Alemania (AfD) o el Reagrupamiento Nacional (RN) francés, de Marine Le Pen.
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En la calle del Partido Popular Europeo sólo hay un pequeño toque de atención a la ultraderecha, a la que reclama más pragmatismo en materia de inmigrantes y, a cambio, muchos polos a la izquierda y a los partidos sociales. “El Pacto Verde no es una nueva ideología como la defensa de los Verdes o los Socialistas, es el sello distintivo de la Europa más próspera, innovadora, competitiva y sostenible que imagina el PPE”, afirma. Una mayoría de eurodiputados del PPE, que copiaron parte del discurso euroescéptico —”Deberíamos abstenernos de una regulación excesiva sin considerar las tres dimensiones de la sostenibilidad: económica, ecológica y social”, dijo—, votaron la semana pasada en contra de la Ley para la Restauración de la Naturaleza, otra de las medidas estrella de Von der Leyen. Sin embargo, la ley fue aprobada en el pleno del Parlamento Europeo por el boicot conservador de los apoyos de socialistas, verdes, liberales y también de algunos legisladores del PPE que fueron inhabilitados.
El PPE también señala el camino hacia su candidata a presidir la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que quiere repetir compromiso y que muy probablemente será proclamada en este partido. spitzenkandidat (candidato principal) del PPE en Bucarest. El jefe del Ejecutivo comunitario (del partido alemán CDU), que ha sido criticado durante casi toda la legislatura por ser una política demasiado social y que ha cambiado un poco su discurso para tolerarlo en las últimas semanas, ya ha abierto opciones para fraguar alianzas con un gran abanico de formaciones más de derecha con el objetivo de que no se llegue a ningún acuerdo con “los amigos de [Vladímir] Meter en”.
Este cuestionario cerrará la puerta al partido de Orbán o a los radicales de Marine Le Pen, pero he dejado espacio para Ley y Justicia, Fratelli d’Italia, el partido ultra Giorgia Meloni o incluso los euroescépticos de Vox, a los que Suelen no menciona. suposición en Europa. De hecho, algunos eurodiputados ultras que ahora están en el ID y la ECR se trasladarán al PPE y al Partido Popular Europeo y a gobiernos con (o gracias al apoyo) de partidos de extrema derecha en Italia, Finlandia y Suecia, incluso en algunas regiones y municipios de España, con los ultras de Vox—, mientras negocia una coalición en Holanda.
Los socialdemócratas anunciaron a Von der Leyen sobre alianzas con la ultraderecha, que podrían poner en peligro la gran coalición –cada vez más dañada– de los dos grandes partidos. “Los conservadores deben reflexionar y aclarar qué quieren y si es romper la alianza y esforzarse en trabajar con la extrema derecha”, afirmó este fin de semana Iratxe García, presidenta del grupo de socialistas y demócratas Eurocámara.
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