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António Costa, el gobernador de Portugal, se dirigió con una moción de censura y disminución de responsabilidad | Internacional

by Isabella Walker
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Este domingo, en el que se celebraron las elecciones legislativas en Portugal, concluyó la era del socialista António Costa durante dos años al frente del Gobierno. Una decisión temprana y repentina, decidida por el Primer Ministro el 7 de noviembre, cuando presentó su medida en respuesta a la investigación abierta por el Tribunal Supremo para aclarar si se habían producido irregularidades en la respuesta a diversos proyectos empresariales. Cuatro meses después, el tribunal no ha aclarado hoy si hay pistas para mantener a Costa en una suerte de limbo legal que no le permite ni defenderse ni decidir sobre su futuro político. Este es el currículum del legado que dejó un mandato que comenzó en 2015 con una moción de censura que sumó a la izquierda alrededor de los socialistas y que acabó con una mayoría absoluta repleta de sobresaltos. “Estos dos años han sido los más difíciles de gestionar de la pandemia”, admitió Costa, durante un discurso en Lisboa, en el que abandonó al candidato socialista Pedro Nuno Santos.

Ética de la lectura. La dimisión de Costa, que ahora actúa como primer ministro, fue un raro ejemplo de asunción de responsabilidad política de forma relámpago. Sin ser acusado ni imputado, el primer ministro anunció que consideraba “incompatible” con la dignidad de la carga la apertura de una investigación en su contra por parte del Tribunal Supremo, hasta el punto de que se añadió la detención de su jefe del gabinete. , Vítor. Excária, que costaba 75.000 euros en la descripción oficial. Es difícil decir que tengo la conciencia tranquila, pero que “obviamente” tengo que dimitir. La investigación continúa su marcha, aunque el juego de instrucciones formaba parte del trabajo fiscal. Este proceso bloquea actualmente las aspiraciones de Costa de optar por un cargamento en Bruselas. Mientras tanto, el Primer Ministro cursa un posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Lisboa sobre contenciosos, mediaciones y arbitrajes.

El padre de geringonça. La nación portuguesa nunca pudo colaborar en el gobierno hasta 2015, cuando el Partido Socialdemócrata (PSD, centroderecha) ganó las elecciones por mayoría absoluta. La reversión de la austeridad impuesta entre 2011 y 2014 troica ―la tríada institucional formada por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo― y firmemente ejecutada por el primer ministro conservador, Pedro Passos Coelho, fue el bloque que se unió a la izquierda para levantar el poder de António Costa con una moción de censura apoyado por el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista Portugués. “Allá geringonça [como se conoció aquella alianza parlamentaria] fue una habilidad política, sin duda la mayor virtud de António Costa, que tuvo grandes costos para el país. Es imposible reformar un país bipartito como el CPP y el Bloque. La coalición también fue mala para ellos, ya que renunciaron a atraer el voto de protesta. Por esta razón, en parte achaco alla geringonça el nacimiento de una fuerza política como Chega, cuya amenaza fue atenuada por su propio PS más que por cualquier otra”, reflexiona Bruno Vieira Amaral, escritor y periódico de observador de radio. Considera que Costa no tenía “un proyecto real para el desarrollo y transformación del país”.

António Costa con el candidato socialista, Pedro Nuno Santos, durante un mitin en Setúbal.Pedro Nunes (REUTERS)

La economía va bien. Desde el primer minuto, António Costa decidió que no se separaría ni un milímetro del carro ciertas cosas cuentan, la política de control presuposicional que permitió a Portugal basar su debate público en el 100% del PIB en 2023. Una cura que aplaude a las agencias internacionales con mejoras en la clasificación del país y que critica a quienes acuden a esta política como un freno a la inversión en servicios públicos. En los últimos años he dejado de ser una economía que en Europa se preocupaba por mostrar estabilidad y un buen mercado. El impuesto parlante está en el 6,6% y la inflación en el 2,3%. “En estos últimos años han crecido los empleados, los salarios, las pensiones y las exportaciones. Nuestras finanzas públicas están más fuertes y en la parte social han disminuido el deseo de ingresos y la pobreza en la pobreza, considerando que han tenido buenos años en los que también enfrentaron una pandemia, una guerra y una crisis inflacionaria”, resume Pedro Siza Vieira. exministro de Economía entre 2018 y 2022.

Agujeros del estado del bienestar. Si en la época de António Costa crecieron la alimentación pública saludable y la educación, la situación actual es crítica, sobre todo por la falta de profesionales. Los alcaldes protestaron contra el gobierno socialista y se dirigieron a trabajadores sanitarios y profesores. Se ha lanzado una reforma en el Sistema Nacional de Salud que está dando sus primeros pasos y que también ha reducido la precariedad del profesorado interno, pero persisten muchos indicios que pretenden dominar las decisiones sobre las opciones de vida. troica. Vivienda es el otro gran déficit. Los portugueses han visto que el precio para adquirir o comprar una casa ha crecido mucho hasta el límite de la evolución de sus salarios. “No nos metemos en la arena pensando que todo está bien, pero las reformas están en marcha”, admite esta vez Costa. “Pero hemos conseguido el fin de las Tormentas y ahora hay que volver al fin de la Buena Esperanza, no abandonar el camino iniciado y concluir lo emprendido”, remarcó durante un mitin-almuerzo.

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La revolución de la energía verde y los trenes inclinados. António Costa, al comienzo de su adaptación a la crisis climática, tuvo la oportunidad de transformar su país en un productor de energía renovable. En los últimos años, Portugal ha dado un salto gigantesco: el 61% de su consumo eléctrico en 2023 procederá de fuentes renovables. Se han mejorado los controles ambientales para expandir estas industrias y se han promovido proyectos impugnados como la minería de litio a cielo abierto. Al contrario, la revolución del ferrocarril como medio de transporte sostenible continúa, aunque Costa va tras convocar el primer concurso para una línea de tranvía de alta velocidad entre Lisboa y Oporto. La esencia de Xoan Vázquez Mao, secretario general del Océano Atlántico, que abarca 42 instituciones locales de Portugal y España”, afirmó el primer ministro con los mayores avances en materia ferroviaria que hemos logrado, no sólo en Portugal, sino también en España. Con ello conseguimos recuperar y electrificar la línea del Miño y que hoy exista una Intercidades de Valença en Lisboa. Además, estamos en la línea de alta velocidad entre Lisboa y Oporto, que luego llevará a Coruña y Ferrol, con conexión con el aeropuerto de Sá Carneiro, como solicitamos”.

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